El solo hecho de formularnos una pregunta como esta con relación a nuestra situación laboral es un acto de valentía en estos tiempos.
Hemos comenzado el año en medio de una crisis política y social de altísimo calibre, algo que afecta sobremanera la apreciación y evaluación de nuestra actividad profesional.
Siempre está presente la opción de abrirnos paso en nuestro actual trabajo, pero por diversos factores, esta no es una alternativa viable para todos.
Cuando nuestra realidad nos lleva a apuntar hacia otro puesto, en otra organización, hay que hacernos responsables de materializar iniciativas que nos abran puertas y nos conviertan -en consecuencia- en personas más empleables. Toda acción que impacte favorablemente en nuestra formación, experiencia, posicionamiento, visibilidad y relacionamiento contribuirá a que obtengamos el trabajo que deseamos.
Pero primero, debemos darnos un espacio de reflexión.
Explorar oportunidades laborales es un proyecto arduo, demandante y muchas veces, frustrante. Los resultados no son inmediatos y el desarrollo competencial que el mercado requiere es un factor crítico: De acuerdo al INEI, en el primer trimestre del año 2022, solo en la ciudad de Lima existían más de 500 mil personas buscando trabajo.
Sin embargo, mientras más claridad tengamos sobre las razones para iniciar este proceso tan particular, podremos ahorrarnos un esfuerzo infructuoso.
Annabelle Reitman, consultora internacional con más de 40 años de trayectoria y coautora del libro Career Moves: Be strategic about your future (Transiciones de carrera: Sé estratégico sobre tu futuro) plantea que respondamos una serie de preguntas trascendentales que aclararen el camino a seguir:
1. ¿Estoy satisfecho con lo que hago?
2. ¿Lo que sé y lo que sé hacer se traduce en contribuciones tangibles en mi puesto?
3. ¿Hay potencial de crecimiento en mis actividades?
4. ¿Hago las cosas lo mejor que puedo, con motivación y enfoque?
5. ¿El paquete de compensaciones que recibo guarda equidad interna (en la organización) y externa (en el mercado)?
6. ¿Mi salario emocional va de la mano con el nivel de responsabilidad que asumo día a día?
7. ¿Mis valores y personalidad van de la mano con la cultura organizacional de la empresa donde laboro?
8. ¿Me siento realmente un colaborador apreciado?
Saber las respuestas a estas interrogantes es parte de ese autoconocimiento que necesitamos robustecer antes de definir nuestro target market. De otra manera, correremos el riesgo de comenzar una transición que no solo no satisfaga nuestras expectativas, sino que nos lleve a situaciones incluso peores que aquella en la que nos encontramos.
Los programas efectivos de empleabilidad ponen sobre la mesa la resolución a estas cuestiones, como parte de un trabajo minucioso de repaso de trayectoria entre el asesor y su asesorado. Si las razones por las cuales la reinserción o recolocación son válidas y claras, la estrategia idónea se ira dilucidando poco a poco.
Ser empleable es una competencia transversal que conlleva un compromiso con mejorar continuamente y suscitar el aprendizaje a lo largo de la vida (Lifelong Learning). De esta manera, podremos ser agentes de cambio no solo en busca de potenciar habilidades, sino de transformar la sociedad, convirtiéndola con nuestros aportes, en un escenario de trabajo y convivencia más dinámico, competitivo, productivo, armónico y justo.
Recordemos que las investigaciones con relación al desempeño humano arrojan que seremos verdaderamente competentes en lo que nos mueve y apasiona: Focalicémonos en nuestras fortalezas, afinidades y armonicemos nuestro propósito personal con actividades relevantes profesionalmente. Así, lograremos sostener una carrera más gratificante en todo sentido.
El fortalecimiento de nuestra empleabilidad, en tiempos tan inciertos, es algo complejo y sensible, pues pone en tela de juicio decisiones tomadas en el pasado que nos han traído al punto donde estamos y nos empuja a descubrir si nos sentimos realizados.
Pero se trata también de una responsabilidad ineludible de la que hay que hacernos cargo para producir los cambios que buscamos y anhelamos.
Nadie más la tomará, excepto nosotros.
Melissa Celis Malatesta
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